Como
venimos comentando en varias de nuestras noticias, la transformación digital
se volverá imprescindible en los próximos años todas las empresas, y un paso
necesario para afrontar los retos a los que se enfrentan en cuanto a competitividad,
crecimiento e innovación.
Este
cambio trae implícito un enfoque en los datos, centro de esa revolución
tecnológica. Los que sean capaces de capturar el dato, extraer el
conocimiento y convertir ese conocimiento en innovación de valor, serán capaces
de marcar la diferencia.
Está
claro que los datos han pasado a ser el negocio en sí mismo, los habilitadores
del negocio y el principal agente de transformación. Las organizaciones están
en un proceso en el que es crítico conocerse mejor, descubrir qué información
se puede obtener y es relevante procesarla y tomar las decisiones adecuadas con
ella de forma rápida.
Sin
embargo, sabemos que estamos inmersos en este proceso de cambio y por ello
todavía hay incógnitas sobre cómo llevarlo adelante (su correcta definición y
el despliegue de sistemas que aborden este reto). Hablamos en muchos casos de
aplicar hoy tecnologías que todavía están en constante evolución, siendo muy
importante no demorarse y definir una estrategia viable para nuestra empresa,
pero flexible. La transformación pasa por evolucionar hacia herramientas que
nos permitan extraer información homogénea y comparable, cuyo análisis pueda
mostrarnos los datos, principales de cómo está nuestro negocio, hacia donde
vamos, y cuál es la demanda del mercado.
2018
será un año crítico para la consolidación de la transformación digital. Dar un
paso adelante ayudará a corporaciones e instituciones públicas a generar
beneficios y mejores servicios para los ciudadanos tanto en el corto, como en
el medio y largo plazo.
Lo
inteligente no esperar sino actuar.
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