Que
España es un país de PYMES lo hemos escuchado todos. Los datos están ahí, y son
irrefutables:
Cantidad
de empleados
|
Total
empresas (2017)
|
Sin
asalariados
|
1.823.250
|
De
1 a 2
|
894.179
|
De
3 a 5
|
298.744
|
De
6 a 9
|
120.696
|
De
10 a 19
|
77.632
|
De
20 a 49
|
43.079
|
De
50 a 99
|
12.540
|
De
100 a 199
|
6.674
|
De
200 a 499
|
3.756
|
De
500 a 999
|
969
|
De
1000 a 4999
|
709
|
De
5000 o más asalariados
|
118
|
Resumiendo,
de las 3.282.346 empresas registradas a 2017, solo 5.434 no son consideradas
PYMES en España (aunque teniendo en cuenta que una Pyme se considera hasta 250
personas y el rango es 200-400, seguramente el número debería variar).
Iría
un poco más allá y diría que España es un país de “PY” más que de “Me”, pero
bueno, eso ya requiere otro análisis y otro enfoque.
Pero
básicamente, entiendo que el tamaño puede ser una de las causa que está detrás
de la falta de inversión. Analicemos la situación desde distintos ángulos:
1- Económico/Financiero
Volviendo
al tema en cuestión, los datos muestran que, a diferencia de las empresas de
otros países (como las estadounidenses o las alemanas) nuestras empresas tienen
un menor tamaño y, con ello un menor músculo financiero. Por lo tanto, cuando
la situación económico financiero no es buena, son más propensas a desaparecer,
son más renuentes a salir a mercados exteriores por la falta de estructura y,
por lo tanto, tienen también menos capacidad para innovar e invertir en I+D.
Básicamente,
hace que vivan ajenas a los procesos de digitalización que sí están abordando
sus competidoras en otros países.
2- Desconocimiento
Cuanto
más pequeña es la empresa, menor tiempo y capacidad para analizar y entender lo
que está pasando en el mercado. El día a día se lleva todos los esfuerzos y no
se sienten miedo por el tsunami digital que se les viene encima.
3- Falta de formación
Nuevamente,
en las Pymes, lo que no destaca es la cultura digital y de formación en
empleados y managers. En un mundo donde la globalización y el acceso a la
información se encuentra disponible para todos, la mayoría de las empresas no
conocen las herramientas que pueden ayudarles, ni creen que puedan mejorar su
trabajo diario o futuro.
4- Cultura del cambio
Tampoco
cuentan con personal que pueda transmitir y ayudar a modificar la cultura de la
empresa o gestionar el cambio.
Por
ello, para aquellas empresas que sí se deciden a digitalizarse, se enfrentan a
situaciones en que la implantación es exitosa a nivel técnico, pero el impacto
en el negocio no es el esperado, llevando a una frustración y una desconfianza
hacia los cambios futuros.
¿Tiene solución? - Razones para la esperanza
Probablemente
el cambio tecnológico que se ha dado en los últimos años en el ámbito personal,
pueda extrapolarse a la empresa. La rápida adopción del teléfono móvil por
parte de las pymes más pequeñas y de los autónomos, o la interacción
generalizada con la administración de forma electrónica para obtener
información, descargar formularios o declarar impuestos son aspectos que hacen
abrigar esperanzas.
Otro
de los motivos para la esperanza está en el relevo generacional que ya empieza
a producirse en la dirección de muchas Pymes. Para los nativos digitales la
tecnología no es un fin, sino un medio para trabajar de una forma más ágil,
rápida y escalable.
Sólo
el tiempo dirá si estamos por el buen camino y hemos podido recuperar el tiempo
perdido.
Comentarios
Publicar un comentario