Hace
unos meses hablábamos de los distintos métodos de entrada en mercados internacionales.
Hoy queremos ahondar en el caso de las empresas que han decidido dar el paso
completo, realizando la inversión necesaria para implantarse en el
extranjero. Una
de las primeras decisiones que han tenido que tomar estas empresas es decidir
qué figura jurídica era más conveniente.
Fundamentalmente
existen dos, la filial y la sucursal. Existen diferencias entre ambas, tanto
desde el punto de vista legal como del fiscal. A continuación, explicamos los
detalles.
¿Qué es una filial?
Una
empresa filial es una entidad que está sometida al control (directo o
indirecto) de otra empresa (la Matriz). Si bien su gestión puede ser
independiente, depende accionarialmente de la matriz. Como punto destacado
tenemos que, fiscalmente, consolida el 100% de su balance y de su cuenta de
resultados en los estados financieros de la matriz.
La
matriz, por su parte, debería restar la parte proporcional de los beneficios
que corresponderían a los accionistas minoritarios antes de sumarla al
resultado atribuible del grupo.
Tributación
Desde
el punto de vista jurídico, las filiales son independientes de la matriz. Desde
el punto de vista fiscal (pago de impuestos), están sometidas a la legislación
del lugar de residencia. Así, una empresa extranjera que decida implantar una
filial en España, tiene que cumplir la misma legislación que las demás
sociedades mercantiles. En relación al Impuesto de Sociedades, las filiales son
consideradas sujetos pasivos, y como tales, deben ajustarse a los compromisos
vigentes en el ámbito contable y fiscal.
Reparto de dividendos
En
el caso de que la filial pague dividendos a los accionistas, dicho pago se
realizará como “dividendos obtenidos por una sociedad no residente”. A la hora
de calcular las retenciones a las que están sujetos los dividendos, hay que
analizar si hay convenios entre los países involucrados para evitar la doble
imposición. Desde el punto de vista contable, la filial no puede compensar
pérdidas con la matriz, pero tiene la posibilidad de deducirse pagos realizados
a la matriz vía patentes, intereses o cánones.
¿Qué es una sucursal?
Las
sucursales no tienen personalidad jurídica propia. La responsabilidad, la
fiscalidad, los ingresos y los gastos de la actividad realizada por estas se
integran en la matriz en todos los niveles. La sucursal no tiene un capital
social propio, y responde de sus obligaciones y deudas con el propio patrimonio
de la empresa original. Si bien no tiene un órgano de administradores propios,
debe contar con un representante legal que cuente con plenas facultades para
gestionar la sucursal. Por ley es obligatorio que toda sucursal se inscriba en
el Registro Mercantil.
Tributación
Las
sucursales tributan por el Impuesto de Sociedades, y en su defecto, por el
Impuesto sobre la Renta de No Residentes por todas las rentas que obtengan en
el país. Desde el punto de vista de la contabilidad, las sucursales llevan una
contabilidad propia, diferenciada de la matriz, y referida únicamente a las
operaciones de compra y venta que hayan llevado a cabo y a los elementos
patrimoniales que tengan afectos.
Operaciones entre sucursal y matriz
A
la hora de contabilizar los pagos y las ventas, se tendrán en cuenta varias
consideraciones:
- Las operaciones entre sucursal y matriz se han de valorar a precio de mercado.
- Los pagos que se realicen a la matriz en concepto de canon, intereses o comisiones, no son deducibles. En cambio, sí podremos deducir otros conceptos tales como los gastos de dirección de la sucursal que podamos contabilizar y justificar debidamente.
- Una ventaja para la matriz es que puede deducirse las pérdidas originadas en la sucursal, e incluir los beneficios en su caso, deduciendo así el impuesto ya pagado por ellos.
Ya
tenemos un poco más claras las opciones. Resta decidir cual es la mejor opción para
su empresa.
La información contenida en esta
entrada ha sido redactada conforme la legislación vigente en España al momento
de su creación.
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