El proceso de consolidación contable se suele
considerar como un proceso de obligado cumplimiento a realizar al final de cada
ejercicio. ¿Pero y si lo estamos viendo como una obligación, y realmente es una
excelente herramienta para lograr un mayor control periódico y una mejora en la
gestión?
Consolidación
Se sabe perfectamente quien está obligado a
consolidar, (puede consultarlo aquí). Pero existen además un elevado
conjunto de empresas que pueden hacerlo (y que desde nuestro punto de vista
deberían) solo por las ventajas que aporta el proceso.
Entendemos que, tanto para quienes estén obligados
como para quienes optan por consolidar, los informes consolidados de estados
financieros (Cuenta de Resultados, Balance de Situación y Cash Flow) son
clave para tomar decisiones financieras y generar información de control que
permita no solo validar el cumplimiento de los objetivos previstos, sino ver la
evolución de las distintas cuentas de forma independiente.
Crear estos informes tiene como propósito mostrar
la información financiera del grupo como si fuera una sola empresa,
diferenciando entre las operaciones del grupo y las operaciones realizadas con
terceros. De esta manera, es posible reflejar la rentabilidad obtenida como
una única entidad y visualizar mejor el rendimiento de las inversiones.
Especial relevancia adquiere la información de
filiales en el exterior, especialmente de aquellas fuera de la zona Euro
(considerando que la matriz sí pertenece a la misma). Aquí entran en juego
variables que complican entender correctamente los datos, y con ello se
retrasan las decisiones. Diferentes idiomas, prácticas contables y monedas (con
cotizaciones fluctuantes), nos generarán dificultad para comprender los datos
recibidos.
Principales beneficios de los informes
consolidados:
- Facilita la toma de decisiones en futuras inversiones.
- Proporciona herramientas para una mejor administración.
- Representa un documento que sirve de mejor aval para la obtención de créditos ante terceros.
- Mide la solvencia o la liquidez del grupo empresarial.
- Ayuda a conocer la liquidez futura de nuestra empresa o grupo de empresas.
- Permite ver la viabilidad de los compromisos de pago adquiridos, las necesidades de financiación o posibilidades de inversión en los próximos periodos y los costes financieros asociados.
- Brinda datos para simular escenarios que nos permitan estar preparados ante las distintas variables de mercado.
- Podemos conocer el porcentaje de recursos propios o externos ante una nueva posibilidad de inversión o proyecto.
- Aun podemos ir más lejos y realizar un análisis exhaustivo que nos permita obtener: análisis cuenta analítica comparativa, punto muerto, consumos, control de existencias y márgenes sobre ventas, rentabilidades de la empresa por países, fondo de maniobra, deudas clientes y proveedores, periodos medios de cobro pago y almacén, coste financiero y tipos de cambio, pool bancario, Composición del pasivo, etc.
Herramientas que simplifiquen el proceso y que
permitan, por ejemplo, obtener los informes consolidados de forma mensual, son
la clave para comprender la evolución del grupo, y poder comparar para ver la
tendencia y anticiparnos a los problemas.
¿Hay forma mejor de hacerlo que trabajar con la
información contable que ya estamos generando?
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