Las
tendencias en ciberseguridad muestran que los riesgos para la seguridad
de la información de las empresas no dependen sólo de cuestiones
puramente técnicas, sino que están migrando a buscar las debilidades y
miedos de las personas.
Creo que
todos conocemos el refrán “la cadena se rompe por el eslabón más débil”,
refrán que aplican perfectamente los ciberdelincuentes cada vez más,
para encontrar los miedos y debilidades de los empleados.
Está
demostrado que los delincuentes son cada vez más “Profesionales” y se
pueden llegar a organizar como empresas. Cada vez «investigan» más a las
personas y a los jefes (en Internet y redes sociales) para aumentar la
sutileza y precisión de los ataques (por ejemplo personalizando los
correos maliciosos que llegan a sus buzones) y así poder engañarles
para, o bien hacerse con sus credenciales de acceso a sus sistemas o a
sus cuentas bancarias, o secuestrar sus ficheros y pedir un rescate, o
directamente para convencer a los responsables (Por ejemplo suplantando
al CEO) apara realizar un pago anticipado a una cuenta que, obviamente,
no es de quien dice ser.
Otro
ejemplo claro es la utilización de redes públicas para conectarnos a
nuestros sistemas y enviar información importante. No caemos en la
cuenta de que cualquiera tiene acceso a “nuestra” información y puede
hacerse con datos importantes o con el control de nuestros equipos. Hace
algunos años el “Dark Hotel” fue noticia por un caso de robo continuado
de información. Dejo AQUI el link porque que creo vale releerla.
Sé que
para la mayoría de las personas esto puede sonar a cuento chino, pero la
suplantación de identidades y engaños en las empresas medianas /
grandes es un tema del día a día y que trae los pelos de punta a los
responsables de seguridad.
Cuidar
de la información en todo momento no es una opción, es una obligación.
Tenemos que estar siempre alerta y ser conscientes del estado actual de
la ciberseguridad de la empresa para poder establecer las medidas
adecuadas de protección contra las posibles amenazas. Pero por muchas
medidas técnicas que implantemos en ciberseguridad es esencial
concienciar y formar a nuestros empleados, para que hagan un uso seguro
de la tecnología.
Llegados a este punto creo que es relevante que nos preguntemos:
- ¿Somos conscientes de las nuevas amenazas?
- ¿Podemos identificarlas adecuadamente? Por ejemplo diferenciar entre un pedido real de restablecimiento de contraseña y otro fraudulento.
- ¿Sabemos cómo debemos actuar en cada caso?
- ¿Hemos formado adecuadamente a nuestros empleados?
Recordemos,
como decíamos más arriba, que el empleado es el eslabón más débil (e
importante). Hagamos lo necesario para protegernos porque las amenazas,
las veamos o no, son reales.
Para terminar les dejo una frase que Koldo Valle, responsable área de seguridad y operaciones de Elecnor dijo hace unos meses en una conferencia sobre ciberseguridad, y a la que suscribo:
“Existen dos clases de empresas, las que han sido atacadas y las que no lo saben”
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