En
los últimos años, hemos pasado de tener crédito a no tenerlo y, luego de la
crisis, a tenerlo nuevamente, pero con muchas más condiciones que antes. Lo que
no ha cambiado en ningún caso es la necesidad de controlar lo que nos cobra
cada entidad con la que trabajamos y negociar con ellos para mantener a raya
los costes financieros.
Una
de las mejores herramientas es el Balance Banco Empresa, con la que comparamos
el margen que obtiene cada una de las entidades que trabaja con nosotros. No
pretende calcular el coste efectivo de los recursos ajenos, ya que no tiene en
cuenta el momento del pago, ni pretende calcular la TAE; más bien su objetivo
es facilitar la negociación bancaria y la comparación de la rentabilidad bruta
aproximada que obtiene cada una de las entidades de un modo homogéneo.
¿Cómo lo calculamos?
Por
un lado, tenemos que conocer el crédito neto invertido por el banco en nuestra
empresa, y por otro, agregar todos los ingresos y beneficios que obtiene
la entidad. La idea es calcular la rentabilidad bruta aproximada que obtiene el
banco, con los siguientes valores:
Margen
financiero + Comisiones + Margen por valoración
_____________________________________________________________________
Saldo
medio deudor – Saldo medio acreedor
Donde:
Margen
financiero: Son los intereses pagados menos los cobrados.
Comisiones: Todas
las comisiones que hemos pagado por las operaciones de financiación y servicios
(nunca los gastos suplidos).
Margen
por valoración: Es el denominado float, que es el beneficio que obtiene el
banco por la disposición de uno o varios días de fondos del cliente que todavía
no le han sido abonados en valor o que le han sido cargados, pero todavía no
abonados al acreedor. El margen del banco proviene de la colocación de esos
fondos en el interbancario.
Saldo
medio deudor: Es el saldo medio de las operaciones de préstamo, anticipos
y crédito.
Saldo
medio acreedor: Es el saldo medio de imposiciones a plazo, saldos en
cuenta corriente, pólizas con saldo acreedor, etc.
¿Qué nos permite?
Este
valor nos permite comparar las condiciones de los distintos bancos con los que
trabajamos, para luego poder negociar de un modo más objetivo y poder
equilibrar las rentabilidades obtenidas por las distintas entidades con
nosotros. Si son muy irregulares, la entidad con menor rentabilidad nos subirá
la oferta de las próximas operaciones, por esto debemos equilibrar los tipos,
comisiones y compensaciones en función del peso que tiene el crédito de cada
entidad financiera en nuestro Pool Bancario.
En
esta valoración no se pueden incluir los beneficios subjetivos, tales como la
atención y celeridad de la oficina bancaria, la calidad de los servicios o el
compromiso que demuestran como por ejemplo con la financiación a largo plazo,
pero podremos cuantificar el margen o rentabilidad que el banco obtiene con
nuestra empresa.
Está
claro que, como cualquier negociación, la bancaria no se debe improvisar. Lo
ideal es pactarla al mayor nivel posible y, generalmente, una vez al año. Para
esta reunión debemos contar con toda la información necesaria, el informe antes
mencionado como herramienta de trabajo, el balance cerrado y a ser posible
auditado, el Plan y los Presupuestos, y todo lo necesario para explicar el
negocio, las necesidades y perspectivas. Mejor crédito obtendremos cuanta más
seguridad tenga el banco en nuestro proyecto.
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